Las crónicas de la época señalan que los primeros buzones que prestaron servicio en el país fueron traídos desde Alemania, y los siguientes desde Francia. Poco tiempo después, empezaban a fabricarse en maestranzas nacionales.
En 1853 fue legalizado el uso de buzones postales mediante un decreto ley, pese a que éstos existían, aunque de fabricación artesanal, desde mucho antes.
Santiago fue cubierto con una red de buzones urbanos con inscripciones de los horarios en que se retiraba la correspondencia y, además, pequeños carteles invitando a la gente a comunicarse mediante una carta. Sin embargo, no faltaron los espíritus destructores, acerca de lo que tanto escribió Joaquín Edwards Bello, que en cuanto observaron la presencia de estos singulares buzones, optaron por lanzar en su interior un fósforo encendido.
Que se hicieron los buzones rojos de fierro?
ResponderBorrarExiste algún deposito?